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domingo, 21 de octubre de 2012

Crítica. Blancanieves

“....Ya ven que se ha encontrado el cuerpo de un hombre flotando en la piscina de la mansion, con dos tiros en la espalda y uno en el estómago. Nadie importante, un simple escritor de guiones con un par películas de segunda clase en su haber. Pobre tipo, siempre quiso una piscina, bueno al final consiguió una, sólo que el precio resulto ser un poco alto...” así empieza El crepúsculo de los dioses de Wilder, uno de los mejores arranques de la historia del cine.



Pablo Berger bebe de Wilder, tanto como de Hitchcock,  Eisenstein o Tod Browning, a los que admira.  Y de Abel Gance y Stroheim según él mismo, aunque de estos dos últimos creo que no he llegado a ver ninguna película, así que no puedo dar fe de ello en la película.  A veces lo hace de manera muy explícita, lo cual podría llevar a una sucesión de secuencias de películas de aquellos que la convirtieran en una película pedante y poco imaginativa. Todo lo contrario de hecho, más bien es a modo de homenaje. Quizás la esencia de la película sea de Tod Browning, al menos es inevitable compararla o al menos relacioanarla con Freaks (traducida al castellano por La parada de los monstruos) por lo menos toda la parte en la que Blancanieves se encuentra con los enanos.  De Eisenstein se aprovecha de los primeros planos picados, muy utilizados en el cine mudo, para captar las emociones.  De Hitchcock y Wilder os lo dejaré para quien quiera haga los comentarios, y de Gance y Stroheim cualquier aportación será bien recibida ya que no he llegado a ver nada.




Posiblemente enésima reversión del cuento de los Hermanos Grimm, pero posiblemente nunca contada así.  En Blanco y Negro, y muda. Ha sido una año prolífico para Blancanieves, con esta es la tercera versión que hacen del cuento.

En este caso más que una versión es una reinterpretación del cuento. La historia se sitúa en la Andalucía de los años 20. España cañí, del toreo y la farándula. Un prestigioso torero queda tetrapléjico después de una grave cogida,  a la vez que su mujer muere en el parto dando a luz a una niña. La niña es rechazada de inicio por su padre y vive con su abuela hasta la muerte de ésta. Luego se va a vivir a la mansión de su padre, donde vive bajo el yugo de su madrastra, que la encarga los peores trabajos y no permite que vea a su padre. 


Pero un día se produce el reencuentro entre padre e hija para regocijo de ambos. Los encuentros se suceden en la clandestinidad en los que el padre enseña a torear a la niña. Hasta que un día decide poner fin a la opresión de la madrastra y huye. Y se encuentra con un grupo de enanos toreros que recorren Andalucía con su espectáculo, que la acogen. Ahí Carmen, la niña, se convierte en Blancanieves y triunfa en los ruedos toreando vaquillas, aprovechando los conocimientos adquiridos con su padre. Esto la permitirá un nuevo encuentro con su cruel madrastra. Cómo se saldará tal encuentro? Habrá príncipe valiente como en el cuento?


Pablo Berger nos cuenta una hermosa fábula sobre el amor paterno-filial y la esperanza y a decir verdad sobran las palabras. La película está llena de analogías con su cuento. La cruel madrastra, los enanos, la manzana, y el espejo...aunque el espejo es sustituido por la revista lecturas de la época.


La película fue concebida hace bastantes años, aunque no tomó cuerpo hasta hace poco. Y desde el inicio fue concebida en blanco y negro, y muda. Lo cual no le permitió una fácil financiación. Así que con muchas dificultades fue viendo la luz. Sin ir más lejos en un viaje a Madrid en el AVE el año pasado, la persona que iba a mi lado en el tren, que debía ser de la productora, estaba buscando localizaciones para una película en blanco y negro y muda de título Blancanieves. No pude por menos de escuchar la conversación y de inicio pensé que se trataba de algún cortometraje, ya que me pareció bastante sorprendente. Y no ha sido hasta hace unos meses que he atado cabos. 


Ahora es la elegida para representar a España en los oscars. Veremos si es preseleccionada. No lo va a tener fácil, ya que el mismo favor que le puede haber dado The Artist para ver la luz, se lo puede quitar en su escalada hacia los oscars.


El cualquier caso existe una gran diferencia entre ambas. Tanto en concepción como en narración. The Artist es una película muda al uso. A mi modo de ver,  aunque la puedo considerar una película más que aceptable y de gran osadía también la considero innecesaria.  Es innegable que Blancanieves ha aprovechado el tirón de The Artist, pero la clave de Blancanieves radica justamente en su silencio y en el blanco y negro, y su fuerza narrativa . Además de una gran banda sonora de Alfonso Vilallonga, aunque inicialmente prevista para Alberto Iglesias, que tuvo que abandonar el proyecto.


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